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Ritos andaluces de la noche de San Juan

En algunos pueblos andaluces óyese este refrán:

San Juan bullicioso
y Santiago tramposo;


pero no se refiere a lo supradicho, sino a la costumbre de mudar de domicilio en el día del primero y a la de aplazar el pago de las deudas para el día de Santiago (25 de julio), por ser ésta la época en que, terminada la recolección de cereales, puede atenderse más cómodamente al pago de acreedores.

Juan Antonio Latorre Molina, de Abrucena, Almería, nos cuenta que...

Las verbenas se celebran la noche antes del día de San Juan (23 de Junio) y del de San Pedro(28 de Junio). Esas noches se quedan sin agua la fuente y los pilares del pueblo. Los jóvenes salen provistos de calderos, latas o cualquier otro recipiente para coger agua, estos recipientes se llenan de agua y empiezan a echársela unos a otros, o al primero que se encuentren por la calle, esa noche todo vale, nadie se cabrea si le echa agua (bueno, casi nadie), ya que el que sale a la calle sabe a lo que se expone.
Los más jóvenes son los que hacen las batallas de agua en la calle, pero hay que tener cuidado también con la gente que se pone en sus balcones o terrados con los calderos a rebosar esperando que pase algún despistado y dejarle caer el agua de pies a cabeza y si no se está muy “al loro” puede que aparezca otro del terrado del vecino de enfrente para rematar la faena. Según los viejos del lugar, el motivo de echarse agua era para apagar los demonios.

Ignacio Morales Trujillo, vecino de la aldea de Betijuelo (Tarifa, Cádiz), recuerda que...

En la noche de San Juan la gente quemaba hierbas de traición (ruda, romero y alhucema), que son las que trajeron los moros. También echaban en la hoguera, a escondidas, SAL, AZÚCAR, ARROZ, MAIZ y GARBANZOS para expulsar los males en sahumerio. Se echaban puñados mezclados y así nadie adivinaba lo que habían tirado los demás porque cada cosa servía para conseguir algo diferente. Esos sahumerios servían para quitarse el mal de ojo o para pedir un deseo para el resto del año, entre otras cosas.

Significado de las plantas en las enramás

La enramada de puertas, ventanas y fuentes está extendida por toda la Península Ibérica. En distintos pueblos de Huelva y Sevilla se dan estos significados a las distintas plantas utilizadas para las enramás, colocadas siempre durante la Noche de San Juan sobre las puertas de las casas de las muchachas pretendidas:

Pino, te estimo.

Álamo, te amo.

Peral, te quiero más.

Jara, haragana.

Adelfa, gitana.

Romero, te espero.

Mejorana, te espero en la cama.

Mastranto, te espero tanto.

Olivo, te olvido.

Tómalo, Juan; dámelo, María

En varias ocasiones y en distintas localidades nos han contado lo que Isidro García Cigüenza, en su libro BANDOLEROS EN LA SERRANÍA DE RONDA, escribe:

“Todavía, hasta no hace mucho, algunas madres cuyos hijos se quebraban (se herniaban), bajaban la noche de San Juan al río para, una vez allí, “pasarlo por la mimbre”. Consistía el remedio en rajar una mimbre y pasar al niño nueve veces por en medio, debiéndose poner, a un lado, una persona que se llamara Juan y, al otro, otra de nombre María. Al entregárselo el uno al otro, alternativamente decían la frase de “Tómalo Juan”, “Dámelo María” durante los nueve pases. Acabada la ceremonia se volvía a unir la mimbre y si la planta tornaba a verdeguear, la quebradura del niño curaba de inmediato.”

El autor, residente en la localidad malagueña de Gaucín, encuentra un antecedente de esta práctica: ”... con motivo de revisar los juicios inquisitoriales con que se persiguiera a los moriscos, nos encontramos con uno en el que la reo resultó condenada por hacer exactamente lo mismo que acabamos de contar.”

Quemando cardos y derritiendo estaño

Catalina Sánchez Vargas-Machuca, de Algar (Cádiz), nos contó: En la noche de San Juan, cuando yo era mocita se quemaba cardo borriquero y se ponía debajo de la cama. Si amanecía verde era señal de que te quería el muchacho que a ti te interesaba. También echábamos estaño derretido en un barreño de agua; a la mañana siguiente, el estaño se había enfriado y formaba el mensaje que había para ti.

Bañarse y no mirarse en el espejo

En la costa de Granada (Almuñécar, Salobreña...), el 23 de junio es la única noche del año en que se deja acampar libremente en la playa, organizándose hogueras colectivas. La gente se lava la cara a medianoche con la intención de mantenerse sanos o guapos (según versiones) todo el año. Un detalle: esa noche nadie puede mirarse al espejo después de bañarse si se quiere que el hechizo sea efectivo.

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