¿Ves esa flor ahí? - Dijo el sabio al caballero.

El observador es lo observado

 

¿Ves esa flor meciéndose ahí?
  - Dijo el sabio al caballero.
El caballero la miró detenidamente.
– ¿Qué hay con ella?
– ¿Crees que es bonita?
– Pues si lo es. Claro que lo es.
– Y si te dijera que no lo es, ¿me creerías? No estoy diciendo que sea fea, lo cual sería una mentira abominable, pero decir que es bonita tampoco contiene mucho de verdad.
La flor es solo un sentimiento agradable que percibes al mirar sus vivos colores, al deleitarte con su aroma y verla danzar con el viento. Te alegras, te regocijas, pero eso eres tú, son tus sentidos, es tu estado de ánimo, no es la flor, ella tan solo está ahí. Entonces la belleza es realmente aquello que eres; no hay formas bellas ni horribles, pues nada ocurre en el exterior.